Hay marcas que cuando las ves dices: “Esto tiene que funcionar”. Sí, lo sabemos, no es profesionalmente correcto hacer una afirmación así sin un análisis previo de la competencia, las audiencias y la identidad de marca definida. Pero a veces ocurre, y la intuición se convierte en realidad cuando se entra en un análisis y diagnóstico certero de la marca.
Hay conceptos de marca que cuando los ves dices: “¿Pero cómo no se nos había ocurrido esto antes?”. Efectivamente, la gracia de la innovación en Branding está en pensar cosas antes de que otro las piense, siempre y cuando funcionen. Pensemos por ejemplo en un producto tan trivial en nuestro país como unos churros. Sí, esa masa grasienta frita con aceite, que se suele tomar con chocolate. Ya sabéis, ese desayuno altamente calórico, no apto para dietas. Pues esta es una historia brandera que trata sobre cómo algo tan manido como un chocolate con churros puede convertirse en una marca de éxito.
¿Cómo leería una persona de habla anglosajona la palabra “churro”?
Seguramente sería algo así como “shu-roh”. Bien, y ahora, ¿cómo la escribiría en su propio idioma? Pues de forma parecida a Xooro. ¿Alguien está pensando en crear una marca con este nombre para vender churros en Estados Unidos? No le déis más vueltas: la marca existe, su nombre está registrado y el concepto de negocio es todo un éxito.
Xooro es más que una marca de churros. Es un claro ejemplo de ingenio brandero. De cómo crear un buen nombre de marca. De cómo generar una identidad de marca a partir de una materia prima simple y poco costosa. Y de cómo conseguir transformar esa materia prima sencilla en un item de valor añadido. O lo que es lo mismo, Xooro es un ejemplo magistral de cómo hacer de un producto una marca.Lo primero que llama la atención es que Xooro es una marca premium. Seguramente todos tenemos en mente un desayuno de chocolate con churros. Muy caro no es, ¿verdad? Muy glamouroso… digamos que no, a juzgar por cómo acaban nuestras manos después de saborear este clásico desayuno castizo. La marca le ha dado una vuelta de tuerca al producto y ha sabido combinar tradición con modernidad.
La tienda de Santa Mónica, en California, (una de las dos franquicias en marcha en la actualidad, a las que se sumarán las de San Diego, Orlando, San Antonio y Los Ángeles en breve) tiene solados de hormigón pulido y las paredes están moldeadas con el logo de la marca, en mosaico. No se trata precisamente de la churrería española de toda la vida. El rango de productos que ofrece la marca va desde el clásico churro hasta el recubierto con Tiramisú o Dulce de Leche, pasando por el churro sin gluten o el de triple chocolate. Se ofrecen, en total, quince variedades de churros. Ya se sabe, sobre gustos no hay nada escrito…
En términos de Naming, el nombre Xooro tiene una doble función, según se lee o se pronuncia en inglés. En su forma escrita, aporta un toque diferencial y moderno. En su forma hablada, ayuda a encuadrar la marca en la categoría de producto que le corresponde, ya que suena tal y como conocemos el producto. O lo que es lo mismo, tenemos un nombre que favorece la diferenciación de marca sin que perdamos de vista qué nos ofrece como producto.
Las marcas evolucionan de la misma forma que evoluciona la sociedad. Y seguramente existen muchas churrerías en Estados Unidos que venden el “typical spanish”. Xooro no es una ellas. Combina tradición con modernidad, en una propuesta de valor diferencial. Ahora sólo falta saber cuándo podremos disfrutar en su país de origen de esta marca. O no, porque como se suele decir… en casa del herrero, cuchara de palo.