Seguramente muchos de vosotros conocéis la marca Airbnb. Básicamente, su parte tangible se sustenta en un modelo de negocio "revolucionario" (nosotros solemos usar esa palabra entre comillas ya que suele ser propiedad de Apple ;) que, en resumen, permite el alojamiento y alquiler de espacios y viviendas entre particulares.
Sus fundadores, Joe Gebbia y Brian Chesky, crearon una startup por "casualidad", como muchas de las que luego se convierten en grandes empresas. Ambos tenían una deuda pendiente con su casero, así que ofrecieron el propio salón de su casa con un colchón y poco más a quien lo quisiera alquilar para poder saldar su deuda. Para ello, crearon una web y un logo lo más rápido posible, el mismo logo que ha llegado hasta la semana pasada. Pero aquella aventura inicial se ha convertido en una gran empresa valorada en 10.000 millones de dólares. Los fundadores eran conscientes de que debían crear una nueva identidad visual que, a modo de restyle, transmitiera los valores de la marca. Ellos mismos afirman que la identidad visual que tenían hasta ahora no representaba la esencia de la marca: el concepto de Pertenencia.
Sin embargo, el nuevo logo y, sobre todo, su símbolo han sido objeto de mofa por parte de mucha gente en Twitter. Ésa ha sido la primera polémica surgida en torno a la nueva identidad de Airbnb. Pero hay más.