¿Qué fue del mítico Nokia 3210? ¿Y del 3310, que vendió 100 millones de unidades? ¿Qué sabemos de aquellos tochos posteriores que nos mostraban que también con el móvil se podían hacer fotos? ¿Dónde están las series N? Más preocupante aún… ¿dónde está Nokia?
En los últimos años Nokia ha visto como su cuota de mercado internacional, y por ende su cotización bursátil, se desplomaban. ¿Cómo es posible que la que fue, ha sido (y es, según la propia empresa) la compañía líder mundial en telefonía móvil esté perdiendo su reinado a pasos agigantados?
Enrique Dans describe la situación de forma perfecta en su artículo “La tragedia del líder desenfocado“. Efectivamente, uno de los errores branderos más frecuentes es la falta de enfoque de marca. Dans comenta en su artículo la problemática de disponer de una de las líneas más amplias a nivel de producto que existen. Estando de acuerdo con él, eso es una falta de enfoque a nivel de marketing mix, y eso que Nokia “sólo” comercializa teléfonos móviles. Sin embargo, en nuestra opinión, la problemática de Nokia tiene raíces más profundas: su falta de enfoque es conceptual y estratégica.
El enfoque de marca tiene mucho que ver con la esencia de la marca. Ser fieles a nuestra historia y valores corporativos es una de las recetas que más aplicamos en Emote. Sin embargo, algunas empresas confunden su esencia y, por lo tanto, el enfoque que aplican en sus políticas de marca es incorrecto.
¿Qué es Nokia? Ahora mismo nadie sabe muy bien qué es, quizás teléfonos anticuados con botones de plástico que usan personas de cierta edad, únicamente para hacer llamadas de menos de un minuto. ¿Es eso rentable para las operadoras telefónicas? Claramente, no. ¿Favorece el consumo de contenidos móviles? Ciertamente, no. Más importante aún, ¿es Nokia lo que la gente espera de Nokia? No, a secas.
¿Quién “mató″ a Nokia? Apple. ¿Qué mató a Nokia? El iPhone. ¿Quién puede acabar de rematarla? Google con su sistema operativo móvil Android. En efecto, Android funciona como O.S. sobre múltiples terminales, yendo directo a la yugular del gigante finlandés, al mass market de la telefonía móvil. Algo así como lo que hizo en su día Windows, funcionando sobre múltiples PCs y diversos hardwares.
Curiosa la historia: una empresa que se dedicaba a vender ordenadores y otra que empezó con un buscador acaban con el gigante de la telefonía móvil. El learning es claro: la esencia de la marca se debe mantener, la marca debe evolucionar. Nokia, desde el breakthrough que supuso en 2007 el lanzamiento del iPhone, quedó en un estado de shock del que todavía no ha sabido recuperarse.Nokia no ha sabido contruir una identidad de marca acorde con los nuevos tiempos que se avecinaban. Los éxitos de ayer no aseguran nunca los de mañana.
¿Qué era Nokia? Connecting people, rezaba su baseline de marca. ¿De verdad alguien cree que Nokia es capaz de conectar a la gente? Nokia olvidó por completo lo que era, y eso que era fácil de ver y leer en cada uno de sus spots. Obvió que la forma de conectar a la gente había cambiado: ya no sólo se hacía mediante conexiones de voz, sino mediante datos, gracias a las redes sociales y a un uso intensivo de Internet.
Nokia, como marca, ni está ni se la espera. Os hacemos una sencilla pregunta: ¿Cuánt@s de vosotr@s habéis tenido y usado alguna vez un terminal de Nokia? Sencilla respuesta: seguro que casi todos. Y ahora otra un poco más fácil todavía: ¿cuántos os imagináis en un futuro próximo con un Nokia en vuestras manos? Seguramente, la respuesta será igual de fácil: prácticamente ninguno.